Mailen se para en frente a la Basílica del Santísimo Sacramento, se detiene y la observa. Agarra su cámara, se agacha, enfoca y saca una, dos, tres, cuatro fotos. La iglesia, a pesar de haber sido reconstruida en algunas ocasiones, es la más antigua de Uruguay y se encuentra en el Barrio Histórico de la ciudad de Colonia del Sacramento. Sus puertas están abiertas y los turistas entran, salen, comentan, la miran desde afuera y, como Mailen, le toman fotos desde todos los ángulos posibles. Es domingo y la capital coloniense está repleta.
Mailen y Gastón son novios y viven en Buenos Aires. Necesitaban descansar y desconectarse de la vida de la ciudad. "Decidimos tomarnos dos días y venir a conocer Colonia, que está cerquita y es accesible", dice Mailen, con su cámara de fotos colgada en el cuello. "Este lugar es divino y muy tranquilo y era lo que estábamos necesitando", agrega Gastón. Por eso, el sábado llegaron de mañana y se dedicaron toda la tarde a caminar por la rambla con un mate; de noche pidieron comida, se la llevaron al puerto y cenaron allí. El domingo lo aprovecharon para subir al faro, caminar por el Barrio Histórico y, por supuesto, sacar fotos. Y qué mejor lugar que Colonia para una aficionada a la fotografía.
Como Mailen y Gastón, Mariana y sus hijos, también de Buenos Aires, aprovecharon la excusa de su cumpleaños para tomarse un barco y pasar el día en la ciudad. Como ellos, Rafael, de Canelones, su esposa Cristina, y sus hijas Micaela y Paulina, se tomaron tres días para visitarla. Es que, por su valor histórico y por la variedad de propuestas y atractivos, Colonia del Sacramento es un destino ideal y cálido para visitar durante el invierno.
Por eso, sea para pasar el día, un fin de semana o una semana, turistas uruguayos, argentinos, brasileños, norteamericanos y europeos eligen a la ciudad para descansar y desconectarse de la rutina.
Para todos los gustos.
"En Uruguay no hay nieve, no tiene las cataratas, no tiene las playas de Brasil, sin embargo, ¿por qué a Uruguay lo visitan más de tres millones de turistas por año, un número que es equivalente a la cantidad de habitantes?", se pregunta Miguel Slimovich, presidente de la Cámara Hotelera de Colonia y propietario de la Posada Las Terrazas. Y su respuesta es la misma razón por la que él y su señora, Marcela, decidieron dejar todo en Buenos Aires e instalarse en Colonia del Sacramento: "Ustedes, los uruguayos, son amables, son amigables, son tranquilos y eso seduce mucho", explica. Además, Miguel cree que en particular en Colonia hay una variedad de propuestas que son "para todos los gustos y para todos los bolsillos". De esta forma, sea en el Centro, en el Barrio Histórico o un poco más alejados del movimiento, es posible encontrar alojamientos económicos y otros de lujo.
La vista que ofrece la terraza de la Posada del Gobernador parece un cuadro. Aunque no hay sol, las calles de piedra y el día gris contrastan con los árboles y el pasto y crean una postal maravillosa de una ciudad que en invierno pareciera tener una magia propia. Ubicada en pleno Barrio Histórico, a unos pasos de la Plaza de Armas y la Basílica del Santísimo Sacramento, la posada fue la primera de la emblemática zona. Era una casa familiar que el arquitecto Miguel Ángel Odriozola reconstruyó en 1850 y, aunque fue remodelada nuevamente en 1981, aún respira aires de hogar.
El domingo de mañana el lugar está tranquilo. "Los turistas que vinieron a pasar el fin de semana se están yendo y tenemos que arreglar todo para la tarde, que ingresan huéspedes nuevos", explica Beatriz, encargada desde hace seis años.
A unas pocas cuadras de allí, la posada Las Terrazas también parece tranquila. Sin embargo, estuvo completa durante el fin de semana. Rodeada de calles de piedra y calma, este lugar es ideal para quienes quieran descansar unos días durante el invierno. De hecho, Miguel y Marcela decidieron construirla pensando en eso: "¿En qué lugar me gustaría estar un día de invierno si llueve en Colonia?". Por eso, la posada cuenta con varios ambientes comunes, como el living, que tiene un televisor, una estufa a leña y una biblioteca, o el desayunador, con paredes y techo de vidrio. Una particularidad: aunque es nueva, aún conserva una pared de piedras de 1830 y otra de 1930. "Las habitaciones están alejadas de los ambientes comunes, pero nuestra idea es que en estos lugares las personas puedan interactuar", dice Miguel. Allí los turistas que llegan son especialmente argentinos o brasileños, que, atraídos por la tranquilidad de la ciudad, buscan pasar unos días relajados. "En general los argentinos llegan tensos, nerviosos, y se sienten muy atraídos por la cercanía, la tranquilidad, la amabilidad. La posibilidad de caminar por la rambla para alguien que vive en la ciudad, no existe", cuenta. Es cierto, la rambla de Colonia merece ser caminada y disfrutada de punta a punta.
Y, justamente, son varios los que aprovecharon la rambla para caminar, andar en bicicleta, recorrerla en carritos de golf, en patines, o simplemente sentarse en un banco a mirar el río. Eso fue lo que hicieron Mauro y Laura, de Quilmes, Buenos Aires, que estarán en Colonia dos días y eligieron caminar por la costa hasta la Plaza de Toros. "Esto es maravilloso", dice Laura, parada en frente a la estructura, después de que Mauro le sacó una foto.
—¿Por qué eligieron Colonia?
— Mauro: Es muy cercano y accesible, además es hermoso. El trato de la gente ha sido divino, son muy amigables. Somos tan cercanos y tan distintos a la vez que acá uno se siente muy a gusto.
Los dos son músicos. Él se dedica al rock y ella, al tango y al jazz.En Colonia encontraron un sitio perfecto para quedarse: Remus Art, un hostel propiedad de una artista plástica. "El lugar es alucinante. Donde vas y te sentás, respirás arte", comenta Laura.
Como ellos, varios turistas rodean la Plaza de Toros Real de San Carlos. La estructura, que empezó a construirse en 1761, llama la atención de cualquiera; para grandes, chicos, uruguayos o extranjeros, conocerla es una cita obligatoria en la ciudad. Aunque por muchos años no se pudo visitar, "están terminando los estudios para que en 2018 se empiece con la reconstrucción del lugar, con un préstamos del Banco Mundial y dinero de la Intendencia", aseguró el director de Turismo de la Intendencia de Colonia, Andrés Sobrero. "Recuperar la Plaza de toros es un sueño que tenemos todos los colonienses", dijo. Y agregó que prevén recuperar un tercio de las tribunas, es decir que tendrá una capacidad para 2.500 o 3.000 personas. La idea es que funcione para espectáculos pero también que se instalen museos, galerías y restaurantes.
Otra opción, distinta del hostel y las posadas, ideal para unas vacaciones de invierno en familia son los hoteles más grandes, como el Radisson Colonia del Sacramento Hotel & Casino. El lugar, a unas pocas cuadras del Barrio Histórico, ofrece, especialmente en temporada de vacaciones, distintas actividades para los más chicos, además de que tiene un cuarto de juegos con animadores que se encargan de cuidar a los niños. Y por supuesto, la piscina interior es un atractivo extra, para grandes y chicos. Para estas vacaciones de julio esperan una "muy buena temporada", dice Francisco Lorenzo, gerente del hotel, donde tienen promociones especiales para los turistas locales.
Patrimonio que atrae.
"En el Barrio Histórico no vivimos más de 85 personas", dice Carlos, guía turístico de Coloniauy.com, portal de información turística, y, señalando cada una de las casas, va nombrando a los vecinos del barrio. "Acá, por ejemplo, esta casa, es de un inglés que no viene nunca".
El tour por allí es uno de los paseos preferidos por los turistas, especialmente para aquellos que llegan a la ciudad atraídos por la riqueza histórica del lugar. Es que, el hecho de que la Unesco haya declarado Patrimonio de la Humanidad en 1995 al Barrio Histórico de Colonia del Sacramento, le otorga un valor especial. Por eso, en el tour, Carlos empieza con una charla sobre la historia de la ciudad, y dice que con sus anécdotas espera que la visita adquiera otro sentido. Por eso, plantea que la mezcla de arquitectura, española y portuguesa, es lo que hace de Colonia un sitio especial.
Mientras Carlos habla y explica qué partes de la muralla de la Puerta de Campo son auténticas, el Barrio Histórico con sus piedras, sus muros, su cañón y sus paredes pareciera cobrar vida propia gracias a los cientos de turistas que lo caminan y traen al presente más de 300 años de historia.
La Calle de los Suspiros, por ejemplo, una de las más pintorescas y famosas de la ciudad, carga con varias anécdotas y leyendas en sus paredes y puertas. Como dice Carlos lleva ese nombre porque allí funcionaban los prostíbulos más famosos de la ciudad. Además de ser uno de los paseos preferidos de los turistas, en ella hay algunos sitios imperdibles. Uno de ellos es la Galería de Los Suspiros, del artista plástico Fernando Fraga, que funciona hace 15 años. Y, a unos pocos pasos, quienes quieran probar productos del departamento, no pueden dejar de pasar por Buen suspiro. "La propuesta del lugar es reunir los productos típicos de Colonia, como los vinos de Carmelo y los quesos y dulces de la zona de Nueva Helvecia y Valdense", cuenta Miguel, que trabaja allí desde 2012. También dentro del Barrio Histórico, el restaurante Anjo Preto llama la atención de cualquiera.
A unas cuadras de allí, en el hostel El Viajero, Julia dice en un español un tanto confuso, que hace 52 días salió de Brasil para recorrer Uruguay y ahora llegó a la ciudad por un fin de semana. "Creía que mi lugar favorito era Cabo Polonio, pero ahora estoy segura de que es Colonia, es maravillosa".
La noche empieza a asomarse en la ciudad. En la Pulpería de los Faroles, ubicada en una esquina emblemática, las velas comienzan a encenderse en cada una de las mesas que están afuera. Algunas personas aún caminan abrigadas por las calles de piedra, se detienen en frente al faro, sacan una foto. Es que así, con velas, faroles, pocas luces, tranquila y en invierno, la ciudad, más que nunca, pareciera querer susurrar sus historias.
La noche con buena cerveza.
Durante la noche, son muchos los que recomiendan probar las cervezas artesanales que se fabrican en la ciudad. Barbot, por ejemplo, es un buen lugar para conocer más de 15 tipos distintos, desde las clásicas como la Kölsch, la Honeybeer o la Pumpkin Ale, ganadora del concurso nacional de cervezas —esta es ideal para estos días de frío, porque es una cerveza de invierno—. Además, es el único lugar de la ciudad que fabrica sus propias cervezas en el local: 2.500 litros por semana. Allí también se puede disfrutar de una cena acompañada por música en vivo.
Un paseo para grandes y chicos.
La visita al Acuario de Colonia del Sacramento es un paseo ideal para hacer en familia durante estas vacaciones de invierno. Allí, se pueden ver y conocer una gran variedad de peces autóctonos. Además, cuenta con una sala de juegos interactivos de biología y geografía para grandes y chicos.
El Acuario funciona desde 2006. José Pedro Stagno es el propietario del lugar y, asegura, decidió hacerlo solamente por un hobby cuando se jubiló y claro, porque le gustan los peces. De esta forma, el lugar fue construido completamente por él y es quien lo mantiene. Se puede visitar todos los días —menos el martes— entre las 14.00 y las 18.00 horas. La entrada cuesta $ 50 y los niños no pagan.
Agenda para vacaciones.
Durante las vacaciones de invierno se inaugurará una pista de skate y patinaje al final de la Rambla de Las Américas. Allí, además, habrá juegos inflables y grupos musicales.
La visita al Faro es un paseo ideal para toda la familia. Está abierto todos los días entre las 11.00 y las 19.30 y la entrada cuesta $ 25.
El Parque Anchorena es otra visita imperdible. Se puede visitar de jueves a domingos y comienza a las 14.00 horas — hay que estar media hora antes—. Actualmente, el recorrido por el parque se realiza en un ómnibus. Para coordinar y reservar una visita, es necesario comunicarse al 45221510.
A lo largo y ancho del Barrio Histórico, los museos son otra buena idea. Están abiertos entre las 11.15 y las 16.30 horas y por $ 50 se pueden visitar entre cuatro y siete museos. En el Museo Portugués, además, funciona un espacio para que los más chicos puedan dibujar y pintar.
Por el Real de San Carlos, otros museos recomendados para toda la familia son el del Ferrocarril y el Museo de los Naufragios y Tesoros.
Además, durante las vacaciones, se realizan distintas actividades para los más pequeños en el Barrio Histórico.