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lunes, 25 de septiembre de 2017


César Charlone: "Si no me interesa el tema no agarro"

El director de fotografía uruguayo está en la nueva de Tom Cruise que se estrena este jueves.
"Vivo en uno de los países más racistas del mundo (Brasil)", dice Charlone. Foto: R. Figueredo
César Charlone. Foto: Ricardo Figueredo
César Charlone no sólo es el único fotógrafo uruguayo en haber sido nominado a un Oscar, sino que por ahora es el único fotógrafo uruguayo que trabajó en una película de Tom Cruise.

Fue en Barry Seal, la película dirigida por Doug Liman en la que Cruise interpreta a un piloto que, en la década de 1980, trabajó simultáneamente para la CIA y el cartel de Medellín. Se estrena este jueves en Uruguay.

Surgido del Foto Club Uruguayo, Charlone se instaló en Brasil a estudiar cine. Allí fue el fotógrafo nominado por Ciudad de Dios de Fernando Meirelles, el director con el que trabajó en sus dos películas de Hollywood, El jardinero fiel y Ensayo sobre la ceguera, que consiguió que se filmara en Uruguay.

En todo ese tiempo, fue muy selectivo con los proyectos a los que lo invitaban desde Hollywood prefiriendo asuntos más personales. Uno de ellos, y del que está muy orgulloso, fue El baño del Papa, película que codirigió con Enrique Fernández.

Ahora está trabajando de nuevo con Meirelles en una película sobre el Papa Francisco, en la que Jonathan Pryce hace del argentino y Anthony Hopkins del cardenal Ratzinger.
Sobre por qué eligió trabajar en Barry Seal y de cómo es Tom Cruise, entre otras cosas, Charlone charló con El País.

—Hacía tiempo que no estaba en una producción de Hollywood...

—Mucho. Me han llamado para un montón de películas pero si no me interesa el tema no agarro. Barry Seal tenía una cosa latinoamericana, así que agarré volando.

—¿Lo llamaron por eso mismo, por su mirada latinoamericana?

—Seguro que sí. Por ejemplo, me llamó Sean Penn para Hacia rutas salvajes y aunque era un lindo guión era una temática que no sentí cercana. Siempre busco cosas con las que me sienta identificado.

—¿Y con qué se siente identificado?
—Todo lo que tenga algún contenido social me interesa. El cine es muy desgastante físicamente así que hay que estar muy motivado. Porque si es por guita, hacer publicidad te paga más. Mi motivación es que sirva para algo. Uno de los mejores regalos que recibí fue de un amigo mío que estaba viendo una función para formadores de opinión de El jardinero fiel en la que estaba Hillary Clinton. Y cuando salió mi amigo escuchó que le decía a un asistente: “Tenemos que hacer algo con esto de los laboratorios y África”. Y ahí, tá, sirvió de algo y valió la pena haberla hecho.

"Si es por guita, hacer publicidad te paga más. Mi motivación es que sirva para algo".

César Charlone
César CharloneFotógrafo
—Y en ese sentido, ¿qué le interesó de Barry Seal?

—La denuncia de todo el esquema de la CIA. De cómo lo manipulaban y cómo lo usaban. Y todo eso del escándalo Irán-Contras.

—¿Cómo es exactamente el proceso de su trabajo con un director?

—Yo soy el que va hacer el planteo visual de la película. Existe un director de arte, un escenógrafo, pero yo voy a plantear cómo se filma, con qué cámara, con qué lente, el tipo de encuadre y de movimiento de cámara. Hay directores que eso lo tienen claro y uno es apenas un ejecutor, pero hay otros que te dejan a tu gusto y uno hace lo que quiere.

—¿En qué categoría cae Doug Liman, el director de Barry Seal?

—Me dejaba muy libre, él estaba con los actores y la puesta en escena y yo en cómo filmarlo. Le mostraba desde dónde y cómo y le proponía cosas. Fue una relación muy linda.

—La película está filmada con cámara en mano...

—Queríamos que tuviera una cosa documental, que la gente creyera lo que estaba pasando. Como era algo de época, queríamos traerlo al presente y que la gente lo vivenciara. La cámara en mano te transmite esa urgencia.

—Liman es un director influyente en el cine de acción. ¿Eso fue un desafío para usted?

—Cuando él me llamo, yo estaba de vacaciones en La Paloma. Le dije: “Pará loco, que yo de acción nunca hice nada”, y me dice: “¿Cómo que no? Ciudad de Dios es una película de acción”. Ciudad de Dios te da la sensación de que es de acción, pero nosotros la escondimos y la sugerimos, no hay balazos, ni sangre. Y él me dice: “Bueno, eso me sirve, lo trabajamos juntos, venite”. Es un tipo muy generoso que me dio mucha libertad.
Barry Seal
Trailer de "Barry Seal"
—La pregunta cholula es cómo es trabajar con Tom Cruise.

—No es nada cholula y ahí me gusta mucho hablar de eso porque fue un ejemplo. Fue maravilloso. Una lección desde el primer día. El loco es un profesional de la puta madre, dedicado, serio, compañero, un profesional como pocos, solidario. Era el primero en llegar al set, el primero en estar pronto. A los actores no les gusta repetir las tomas, pero él que tiene mucha experiencia, conoce la cara y sabe que en el cine hay una función que es el foquista, el que hace foco. A veces si el actor se mueve, el foquista se da cuenta. Y en una toma, Cruise lo mira al asistente, que no es habitual, y le dice: “Vos querés otra toma, ¿no?”. El loco no sabía qué decir porque era insólito y el propio Cruise le dice: “Yo sé que no estás conforme, así que vamos a hacer otra”. Como esas hay un montón.

—Nada estrella...

—Nada. Trabajando con actores brasileños aquí a veces se ponen en estrella y cuando tenés que hacer una retoma de un actor que está contraescenando, el que no aparece, dice: “Para qué voy a ir yo, que lo haga otro”. Eso me pasa montones de veces. Yo tenía que hacer una escena con Tom Cruise que era una llamada telefónica, que ya habíamos filmado su parte y estaba el que recibía la llamada, que hablaba poquito. Había un problemita con el escenario, así que le dije: “Mirá Tom, son las 11 de la noche, estás acá desde las siete de la mañana, andá a descansar que yo la hago con el monitor para que él actúe con eso”. Y Tom me contesta: “No voy a dejar a mi compañero solo”. Y se quedó hasta las dos de la mañana, para hacer tres tomitas de una llamada telefónica boba. Es un placer trabajar con él. Es muy exigente.

Tom Cruise "es un profesional de la puta madre, dedicado, serio, compañero, un profesional como pocos, solidario".

César CharloneFotógrafo
—¿Ha visto mucho cine?

—Muchísimo. Ve todo y analiza todo. Entiende mucho. Lo que tiene es que es un obsesivo y se mete mucho en la película, y más esta que sabía que le iba a rendir frutos a nivel de actuación. La filmamos en Atlanta y Cruise se alquiló una casa y ahí se hospedaron Doug y el guionista. Iban y venían del rodaje y decidían cambios.

—¿Hubo muchos cambios?

—Esta película tiene una particularidad que es que el guión se fue haciendo sobre la marcha. Estuvo año y medio en el montaje y cambió mucho la película en el guión. Hubo escenas que tuvimos que filmarlas cinco veces, porque las pensaban y no le gustaban. En la primera que tuvimos que volver a hacer, yo me puse nervioso porque como latinoamericano estaba inseguro. Pensé que era culpa mía. Doug me dice un día: “César ¿la escena de la cocina es difícil de hacer?”. Y pensé: “Uy, la cagué”. Y le dije: “Perdoná, ¿no te gustó la luz?”. Y no era eso, la luz le había parecido perfecta, todo el resto había estado mal.

—Pasó mucho tiempo desde El baño del Papa y sabe del cariño que generó acá en Uruguay. ¿Lo imaginaba?

—No, fue una gratísima sorpresa que la recibieran tan bien.

—¿Ve cine uruguayo?
—Sí, claro. Estamos muy bien. Para el tamaño que tenemos, la calidad y la cantidad que hacemos es fantástico. Siempre hablando de nosotros, temáticas interesantes. Me encanta el cine uruguayo. 

—¿Va a volver a trabajar por acá?

—Sí, se da la oportunidad siempre. Ahora estoy trabajando en un proyecto sobre el Papa y se rueda mucho en Buenos Aires y eso ya me pone contento.

—¿Cuáles son las tres condiciones inevitables en un fotógrafo de cine?

—Un buen ojo, un buen oído para oír al director y la música que te toca la película, y muchas ganas de trabajar, porque es un trabajo físicamente duro.
"BARRY SEAL"

Comedia con estrella y director clase A

Barry Seal es la segunda película en la que el director Doug Liman trabaja con Tom Cruise después de la interesante Al filo del mañana. Liman revolucionó el cine de acción con Identidad desconocida, la primera de la saga Bourne. También dirigió Sr. y Sra. Smith, la película en que se conocieron Brad Pitt y Angelina Jolie, y Poder que mata con Sean Penn y Naomi Watts. Liman es uno de los directores clase A de Hollywood. Barry Seal es la historia real de un piloto que trabajó para Pablo Escobar y para la CIA en la década de 1980. Cruise está en el papel principal en una película que es una comedia más que una película de acción. Se estrena el jueves.

La historia del Mundial de 1930 en un divertido video

Con la posibilidad de organizar la Copa del Mundo en 2030 latente, Informes Animados de El País revive el primer mundial organizado en nuestro país, con los hechos y las curiosidades que marcaron a esta gran victoria celeste. 
Informe animado Mundial 1930
El Mundial de 1930 en Informes Animados
Fallecio el poeta Washington Benavides pertenecía al Grupo de Tacuarembó integrado también por Eduardo Larbanois, Eduardo Darnauchans, Héctor Numa HNuma De Moraes Rosa y su sobrino Carlos Benavides
Fue profesor en la Universidad de Humanidades, en el departamento de letras y sus poemas casi todos fueron cantados por Alfredo Zitarrosa, Eduardo Darnauchans (fallecido) y Daniel Viglietti.

sábado, 23 de septiembre de 2017

"Otra historia del mundo", la elegida al Oscar y el Goya

La película de Guillermo Casanova fue seleccionada para representar a Uruguay en los dos importantes premios.
Otra historia del mundo
"Otra historia del mundo". Foto: Difusión
Todavía faltan algunos meses para que se conozcan las candidatas al Oscar, aunque de a poco, los países han comenzado a anunciar cuáles son sus seleccionadas.

Para el quinteto de las candidatas al Oscar a mejor película extranjera, Uruguay ayer anunció a su representante. Se trata de la comedia Otra historia del mundo del realizador Guillermo Casanova que protagonizan los veteranos César Troncoso, Néstor Guzzini, Roberto Suárez y la joven Alfonsina Carrocio.

El director uruguayo dijo a El País que se siente “orgulloso y ojalá que todo salga para bien”, apenas conocida la noticia. 

“No sé mucho que decir, es gratificante sentir que hay un apoyo grande por toda la gente que nos eligió. Eso da fuerza y esperanza para que tengamos algún puntito”, dijo Casanova. 

La decisión que determinó que esa película sea nuestra representante ante estos premios se realizó considerando el voto de las distintas asociaciones implicadas, que votaron independientemente en el ICAU (Instituto de Cine y Audiovisual del Uruguay). 
Otra historia del mundo
Trailer de la película "Otra historia del mundo"
Casanova recuerda que hacer esta película no fue sencillo, “en cuanto a que es una alegoría del autoritarismo”, y agrega que “la excusa era la dictadura uruguaya, pero la alegoría nos permite acercarnos a una forma de autoritarismo que lo podemos asemejar hoy a lo que puede llegar a ser Trump”.

La película se centra en Gregorio Esnal (Troncoso) y Milo Striga (Suárez), dos amigos que viven en el pueblo fronterizo de Mosquitos, un lugar fantástico nacido de la imaginación del escritor Mario Delgado Aparaín, en que se basa la historia. Un día, aburridos allí, deciden jugarle una broma al Coronel Valerio (Guzzini) que sale mal. A Striga desde entonces no se lo ve más y Esnal entra en una depresión por la desaparición de su amigo. Entonces, ayudado por las hijas de su amigo, Esnal decide dar clases de historia universal. A modo de homenaje, Esnal empieza a contar una disparatada historia donde la familia Striga es responsable de alguna de las mayores proezas de la humanidad.

“Se trató de hacer una comedia frente al autoritarismo y que la idea es que gane siempre la libertad y la rebeldía de estar en contra de toda autoridad”, dijo Casanova, quien agregó que así, la película llega “a un punto de que todo esto es la historia de la humanidad, de alguna manera”.
A los Goya tambiénOtra historia del mundo será, además, candidata a los Premios Goya (España) a mejor película iberoamericana. Una candidatura que Casanova recuerda bien ya que su anterior trabajo, El viaje hacia el mar, la integró en 2004.

Las cuatro candidatas a recibir este premio serán definidas por la Academia Española y se darán a conocer en diciembre, mientras que las nominaciones al Oscar se anunciarán en enero de 2018.

El año pasado la película Clever, dirigida por Federico Borgia y Guillermo Madeiro, filmada en la localidad de San Antonio (Canelones), fue seleccionada para los Premios Goya 2017, mientras que Migas de Pan de Manane Rodríguez fue candidata al Oscar, aunque ninguna de las dos logró estar en la candidatura final.

Uruguay nunca tuvo una película nominada al Oscar a película extranjera (lo logró Un lugar en el mundo de Adolfo Aristarain, que después perdió su candidatura por ser argentina), aunque ha ganado en dos ocasiones el Premio Goya a mejor película iberoamericana. La primera vez fue en 2002 con la película El Útimo Tren, de Diego Arsuaga, y la segunda en 2004 con el drama Whisky, de Juan Pablo Rebella y Pablo Stoll.

Otra historia del mundo podría, finalmente, colocar a Uruguay entre las candidatas al Oscar, aunque para eso tendrá que superar las distintas etapas eliminatorias que impone la Academia de Estados Unidos.
Otras latinas anunciadas para el Oscar
Varios países comenzaron a anunciar sus películas seleccionadas para representarlos en los Premios Oscar. España fue de las primeras, informando que Verano 1993 de la joven Carla Simón y ganadora en Berlín los represente. Chile eligió a Una mujer fantástica, de Sebastián Lelio, también premiada en Berlín. México optó por un documental, Tempestad, de Tatiana Huezo, mientras que Colombia irá con la película Pariente. Bolivia postuló Viejo Calavera de Kiro Russo y Brasil irá con Bingo: o rei das manhãs de Daniel Rezende, nominado al Oscar por la edición de Ciudad de Dios.
Verano 1993
Trailer de la película española "Verano 1993", candidata al Oscar a película extranjera

domingo, 17 de septiembre de 2017

CENTENARIO

La Ossodre y Raúl Jaurena celebrarán                 La Cumparsita en Nueva York

Será con un show el 5 de octubre que transmitirá Univisión
Raúl Jaurena. Foto: Difusión
Raúl Jaurena, un bandoneonista uruguayo en el mundo
El bandoneonista uruguayo, Raúl Jaurena y la Ossodre dirigida por Martín García realizarán un homenaje al centenario de “La Cumparsita”, el 5 de octubre en la Trinity Church WallStreet. Será concierto gratuito y que podrá verse en vivo desde otros países.
Del espectáculo también participará la orquesta juvenil local Interschool Orchestras of New York.
Esta celebración es organizada por el Consulado General del Uruguay en Nueva York y la orquesta local. Además, habrá bailarines profesionales acompañando las interpretaciones.
La Trinity Church transmitirá en vivo el concierto a través del sitio www.trinitywallstreet.org y será retransmitido por la cadena Univisión.
Esta celebración forma parte de un conjunto de actividades que marcaron el 2017 por los festejos de los 100 años de la creación de La cumparsita.
“Es un tango que ha traspasado fronteras, que nos representa. Todos los homenajes que se le hagan son pequeños para todo lo que le dio La cumparsita al Uruguay. Lo hizo conocer mundialmente, porque el tango es uruguayo también, no solo argentino”, dijo Jaurena al portal de Uruguay Natural. Además, el bandoneonista sostuvo que Uruguay tiene en el género “talentos suficientes para competir internacionalmente, como para mostrarnos y bien”.
UN OFICIO DE PELÍCULA: LOS DOBLES DE RIESGO URUGUAYOS

El riesgo como un estilo de vida

Los uruguayos Tabaré Carballo y Solier Fagúndez, dos especialistas en escenas peligrosas.
El actor Diego Cowks ha hecho en Uruguay algunas escenas peligrosas. Foto: El País
Caballo y Fagúndez tirándose desde un risco de 45 metros. Foto: El País
Tabaré Carballo. Foto: Gerardo Pérez
Carballo participó en la última serie sobre las aventuras del zorro. Foto: El País
El actor Diego Cowks ha hecho en Uruguay algunas escenas peligrosas. Foto: El País
Caballo y Fagúndez tirándose desde un risco de 45 metros. Foto: El País
Tabaré Carballo ni piensa en el paso de los años, se siente joven. Y asegura que, si se pone a entrenar un poco, en unos días puede estar listo para trepar paredes y hacer saltos mortales como solía hasta hace un tiempo, cuando trabajaba como doble de riesgo. Es capaz de tirarse desde el séptimo piso de un edificio, realizar persecuciones en auto a más de 100 kilómetros por hora, dar varios vuelcos y salir ileso, o colgarse de un helicóptero a pulso, sin ningún elemento de seguridad que lo sostenga.
Este uruguayo ha participado en más de 100 películas y series, la mayoría de ellas rodadas en España, pero también en Portugal y en Hollywood. El Curro Giménez, La máscara negra, La flecha negra, La fría luz del día, o la serie Las nuevas aventuras del Zorro fueron algunas de las cintas en las que tomó parte como actor y doble de riesgo. Trabajó junto a figuras reconocidas como Sigourney Weaver, Bruce Willis y Tom Berenger.
Cuando tenía 19 años decidió dejar Uruguay y probar suerte en otro país. Fue a enseñar artes marciales a Brasil y un año después, a España. "Cuando llegué no sabía qué iba a hacer. En esa época, en los años 80, la situación estaba brava. Hubo varios días que pasé hambre y dormí en la calle", recuerda.
Un día conoció a dos hombres en un bar y se pusieron a charlar. Entre café y café les contó que era uruguayo y que no sabía bien qué era lo que estaba haciendo allí, que lo de él eran las artes marciales, pero que había estado recorriendo varios clubes y no conseguía trabajo. Les comentó que estaba pensando probar suerte en Estados Unidos. "Me preguntaron qué pensaba hacer allá y les dije medio en broma: Y andá a saber si no termino haciendo escenas de acción en Hollywood. Uno de ellos, que resultó ser actor de teatro, me miró y me dijo: "¿Para qué vas a ir a EE.UU. si ellos vienen a España a filmar las películas?", contó Carballo a El País.
El actor le pasó algunos contactos telefónicos y direcciones. "A partir de ahí empecé a tocar puertas. Llamaba y me ofrecía para hacer escenas peligrosas que tal vez otros actores no se animaban a hacer", relató. Al poco tiempo le surgió la primera oportunidad de hacer escenas de acción en una película.

Desafíos.

A lo largo de su carrera ha tenido que hacer varias, pero una de las escenas de riesgo que más recuerda fue en la película La rapsodia de los cuatreros (1984). Junto a otro uruguayo, Solier Fagúndez, debieron saltar al agua desde el pico de un risco; eran 45 metros, unos 20 pisos de un edificio de apartamentos.
"Nos llamaron porque ningún actor ni doble de riesgo se animaba a hacerlo", relata.
Solier, el otro doble uruguayo que saltó con Carballo, recuerda ese día "como si fuera hoy".
"Antes de tirarnos, uno de los entrenadores de dobles de riesgo más prolíficos del mundo, Vic Amstrong, me dijo: Solier, te doy una estadística: de 112 que saltaron de más de 41 metros, 107 murieron, tres están en coma y dos en silla de ruedas. Mi contestación a tantas palabras de aliento fue: Me gustan las flores amarillas", contó entre risas Solier (60) quien está radicado en Inglaterra desde hace 17 años.
Recuerda que lo peor de todo fue la espera. "Estuvimos casi cuatro horas antes de saltar porque las nubes tapaban el sol y no se podía filmar. Más de cuatro veces el director gritó: ¡Acción!, y cuando empezábamos a correr para lanzarnos, gritaba: ¡Corten!". En un momento, la mente de Solier "estaba a punto de quebrarse" por lo que le pidió al director que cambiara la palabra "acción" por "cuando quieran". Cuando llegó la orden, Carballo y Solier saltaron desde el risco, alcanzando una velocidad de casi 200 kilómetros por hora al llegar al agua.
En la orilla estaban esperando médicos y una ambulancia por si alguno resultaba herido. Carballo estuvo 4 horas sin poder recordar lo que había pasado. Cada uno recibió 10 mil dólares por la escena del salto.

Vida al límite.

Carballo ha puesto su vida en riesgo en numerosas ocasiones: se ha tirado desde un barranco lleno de piedras montado a caballo, ha sido atropellado, ha realizado persecuciones en auto y vuelcos de más de 5 vueltas a 100 kilómetros por hora, y se arrojó al vacío desde un décimo piso atravesando un ventanal de vidrio luego de una explosión.
Solier, en sus más de 90 películas y 25 comerciales, también ha tenido que realizar escenas similares, pero recuerda una en particular. "Iba colgado de un helicóptero a casi 600 metros de altura con un piloto que no era actor de riesgo, sólo hacía viajes de placer. Yo tenía que tirarme desde el helicóptero y asirme a una escalera de cuerda que colgaba del patín de la aeronave. Lo tuve que repetir unas 10 veces. En una de las última tomas, el piloto no aguantó más la presión y dejó los mandos", relata. En ese momento el uruguayo quedó en el aire y sin paracaídas. "Fue como si el tiempo se hubiera detenido. Por suerte logré estirar el brazo y agarré la escalera. No soy creyente, pero ese día tuve mis dudas", reflexiona.

Accidentes y protección.

Usualmente, antes de realizar una escena peligrosa, los actores y dobles de riesgo toman precauciones en cuanto a la vestimenta. Lo básico es ponerse coderas y rodilleras que permiten amortiguar los golpes. Se las deben colocar debajo de la ropa para ser imperceptibles. "A no ser que tengas que ir como los indios de taparrabo; en ese caso tenés que joderte y rasparte las rodillas", aclara Carballo.
A pesar de la protección, los accidentes y las lesiones suceden. Carballo asegura que una vez estuvo tres minutos muerto debido a un golpe que sufrió cuando filmaba la serie del Zorro.
"Habían preparado algo que yo sabía que iba a salir mal. Lo que hicieron fue atarme el cuerpo a la montura de un caballo y luego un cable en la espalda. Cuando llegaba a cierto lugar, el cable se enganchaba y me tiraba hacia atrás. Era obvio que el impulso iba a hacer que terminara boca abajo y me golpeara la cabeza contra el piso, y eso fue lo que sucedió", narra. Dice que llegó a ver el "túnel de luz", pero una de las enfermeras que se hallaba en el set logró revivirlo con masajes cardíacos.
"Todo el mundo me daba por muerto. Según me contaron, en un momento quisieron que ella dejara de intentar reanimarme porque pensaban que ya no iba a sobrevivir", dice.
Solier no estuvo muerto, pero sí se llevó varios golpes. Durante el rodaje de un corto publicitario, en el que conducía una moto a alta velocidad, chocaba y salía volando por encima de un automóvil para aterrizar en el suelo, sufrió un corte en la mandíbula y vio correr mucha sangre, "pero nada grave". Dos veces se rompió el tobillo, en varias oportunidades se quebró los dedos de las manos y los pies, y en una ocasión debió permanecer más de una semana sin poder mover el cuello.
Hace unos años, con otros socios, fundó una empresa que se especializa en entrenar a dobles de riesgo. "Ahora, entre película y película, enseño a otros actores cómo no romperse los huesos".

LAS NUEVAS GENERACIONES.
Enseñan a los actores a pelear.

Diego Cowks (32) y Christian Zagía (40) son dos uruguayos que forman parte de las nuevas generaciones de actores de riesgo. Aunque, en sus casos, son un poco más precavidos a la hora de elegir las escenas que interpretan. A pesar de que en la actualidad se encuentra enfocado en la dirección de películas, Diego ha realizado varias escenas de atropellos.
"De tantas veces que lo he hecho, ya soy casi un especialista", dice con una sonrisa. Cuenta que ha soportado ser golpeado por autos que van a 50 kilómetros por hora y que en algunos casos le han quedado varios moretones y lesiones en el cuerpo, "pero nada de gravedad".
"Hay que tener una conciencia corporal para ir aflojando el cuerpo, dejarte llevar y tener el timing para prever con qué parte del auto te van a embestir", dice el actor y director de cine. También ha hecho saltos desde cinco pisos de altura. En el caso de Christian debió tirarse más de cinco veces de un tren en movimiento. En cuanto al costo, dicen que no hay una tarifa fija sino que se cotiza en base al trabajo y al riesgo. "El mínimo por una caída sencilla es de 1.000 dólares aproximadamente, al igual que para un atropello", cuenta Diego. Él y Christian, además de ser actores son también coordinadores de escenas de riesgo y acción. "Lo que hacemos es coreografiar escenas de riesgo o de lucha. Damos clase a los actores sobre cómo pelear y les enseñamos a perder el miedo", dice Christian.