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domingo, 8 de octubre de 2017

RICARDO ALCÁNTARA

"No hay descanso cuando escribes"

Vive en Barcelona desde hace más de cuatro décadas y escribe cuentos infantiles, su prestigio en España es enorme pero en su propio país todavía es apenas conocido.
Ricardo Alcántara, un uruguayo que conoció el éxito en España.
Ricardo Alcántara, un uruguayo que conoció el éxito en España.
Se fue hace 42 años de Uruguay, pero sigue volviendo al menos una vez al año. Su acento lo delata y ya no puede pasar por un uruguayo más. Aunque él se siente de ese modo y reivindica su nacionalidad cada vez que puede. En España es ampliamente reconocido como escritor de literatura infantil y juvenil, pero en su propio país es menos conocido. Ha desarrollado una prolífica carrera y miles de niños hispano parlantes siguen sus libros con devoción en España. Este año adelantó su viaje para presentar una de sus últimas novelas infantiles —El viejo circo Alegría— en la Feria Internacional del Libro de Montevideo, en su 40° edición.
Ricardo Alcántara (70) reconoce que hay dos momentos mágicos en su carrera: cuando se sienta a escribir un nuevo libro y cuando se encuentra con los chicos que han sido sus lectores. Vive desde 1975 en Barcelona, ciudad de la que se enamoró apenas desembarcó. Su español materno ha ido perdiendo los uruguayismos y se ha vuelto más castizo, pero es la lengua en la que escribe. Hace muchos años aprendió el portugués y lo dominó con fluidez, pero siempre sintió que el castellano era el idioma adecuado para revelar sus emociones y describir su sentimientos. Precisamente de ello hablan las historias para pequeños que viene escribiendo desde hace más de cuatro décadas. En ese período ha publicado ya la friolera de 220 títulos. Su oficio de escritor fue algo así como un salto de fe que dio en un momento de iluminación en su juventud.
BRASIL

Primera vez

Dice que se fue a San Pablo buscándose, persiguiéndose cuando tenía 17 años. Todavía no tenía muy claro qué quería ser en la vida, pero sentía la urgencia de buscar nuevas vivencias para contarlas de algún modo.
De aquella primera vez antes de cumplir los 18 le quedó el recuerdo deslumbrado de una ciudad enorme y llena de oportunidades. Regresó a Montevideo para terminar el bachillerato y luego ingresó a la Facultad de Psicología, la institución estrenaba su primer plan de estudios con el rango de carrera universitaria. Paralelamente debía trabajar, porque sus padres no tenían los suficientes recursos económicos para costearle una carrera. Había dado concurso en la antigua empresa de ómnibus Onda y había conseguido un puesto. Cuando quedó fijo, su padre, que no era muy afecto a expresar emociones, lo abrazó y le dijo: "Por fin tienes un trabajo para toda la vida". Pero pronto sobrevino el golpe de Estado y Ricardo como otros tantos miles de estudiantes quedó sin posibilidad de volver a estudiar.
Volvió a San Pablo con la intención de continuar allí sus estudios. Al poco tiempo consiguió un empleo en un gabinete de psicólogos con un buen sueldo. Estaba a punto de recibirse, su vida estaba a punto de encarrilarse en una dirección bien definida. Pero algo había ido madurando en su interior y de pronto tuvo claro que lo único que le importaba era convertirse en escritor. Y renunció a su carrera como psicólogo.
"Yo siempre repito que cuando tú estás donde te toca, la vida siempre juega a tu favor. Entonces dos días después salió la convocatoria a un premio literario del Gobernador del Estado de San Pablo, participo y quedo segundo", cuenta.
Su entrada al mundo de las letras fue entonces con un relato titulado Guaraçu, el nombre del pequeño indígena que vive en la Amazonia y protagoniza la historia. El niño encuentra un pájaro azul y nace una amistad, tema central del relato. El cuento estaba escrito en un fluido portugués y resultó de tal calidad que, acicateado por aquel primer escalón al éxito, decidió probar suerte de nuevo y lo presentó a un concurso similar pero esta vez convocado por el Gobernador de Guanabara. Y ganó el primer premio dotado de dos mil dólares.
Estaba decidido, iba a ser escritor. "Uruguay, para una carrera como escritor es difícil por lo pequeño, y Brasil, sí, yo ya hablaba bien el portugués y tal, pero el rincón donde nacen los cuentos, o al menos los míos, es en el idioma materno", dice Ricardo cuando rememora aquella lejana época.
Con el dinero del premio compra un pasaje en barco, uno que lleva el significativo nombre de Cristóforo Colombo, pero esta vez el descubrimiento es a la inversa para Ricardo. Viajó junto a dos amigos que tenían sus propias vocaciones artísticas: Carlos, que quería ser pintor; e Isabel, que quería ser directora de cine. Carlos lo logró después de mucho tiempo, e Isabel desistió y se convirtió en psicóloga. Solo Ricardo fue el único de los tres que obtuvo más rápido su reconocimiento. El barco tocó puerto en Barcelona y apenas puso un pie en la ciudad sintió que ese era su lugar.
"Fue un flechazo de enamoramiento: calles arboladas como en Montevideo, el mar, un ritmo que, vamos, en horas entendí que la elección era muy acertada", cuenta.
Esos primeros tiempos en la capital de Cataluña no fueron fáciles. Ricardo estaba acostumbrado a trabajar de lo que fuera para costear sus sueños. En esa primera época hicieron de todo un poco: artesanías, vestimenta —"poníamos la tela en el suelo, yo me tendía en el piso y Carlos delineaba y cortaba a mi alrededor"— y casi todo lo que cayera en sus manos.
"Cuando tú eres hijo de trabajadores no te mueres de hambre nunca, nunca", sentencia.
Y a su alrededor el clima festivo de una Barcelona que ya comenzaba a vivir el recodo final del franquismo. "Fue una fiesta, el cine, los teatros", rememora.
Mientras tanto, Ricardo trataba de publicar su primer libro y recorría incansable las editoriales. El grueso de ellas estaban asentadas en Barcelona, aunque había una importante cantidad de sellos con sede en Madrid. De todos modos, la efervescencia cultural barcelonesa era muy superior en aquellos tiempos. No le resultó fácil conquistar el beneplácito de los editores.
Hasta que en 1978, después de una larga espera, sale su primer libro de cuentos, Guaraçu, el relato fetiche que lo había acompañado en todo ese periplo. Para el año siguiente el libro gana el prestigioso premio Serra dOr que es un galardón literario en lengua catalana. Era la primera vez que se premiaba un relato originalmente escrito en castellano.
De allí en más los reconocimientos fueron sumándose y el prestigio de Ricardo Alcántara fue consolidándose como uno de los mejores cuentistas de literatura infantil y juvenil.
RUTINAS

Cada día

Poco antes de las siete de la mañana su gata Lluna trepa a la cama para despertarlo. Ricardo se levanta, se da una ducha, se afeita y se viste. "Porque tengo que ir al trabajo, no importa que sea a cinco metros de la cama, nunca en pijama, nunca la camiseta de dormir", explica. Trabaja en su casa desde siempre.
Escribe con lápiz en hojas impresas que reutiliza por el reverso, luego con lapicera en cuadernos con espiral, hojas con renglones que suele comprar en Montevideo. Y por último, la versión definitiva sale de la computadora. "Hay gente que escribe, escribe, escribe y luego corrige, yo necesito corregir mucho en la cabeza", dice el autor.
Y todo el tiempo con la gata Lluna bajo su brazo izquierdo, una compañera inseparable desde hace años en cada uno de sus libros. Antes tenía a Mag, que murió con 19 años y también fue, como dice él, "un gato escritor".
—Bueno, así es todos los días, los sábados y los domingos también, porque yo creo que cuando tú estás dando vida a un personaje no puedes decirle me voy a descansar, descansas cuando acabas. Y acabas cuando el personaje se va, cuando vives el duelo. Yo comparo al tiempo que tú estás escribiendo un libro a estar embarazado, mientras charlamos, tienes la historia, te vas de viaje, la historia se gesta, duermes, sueñas con los personajes, comes..., entonces es lo más parecido a un embarazo. Y así nace la historia, se van los personajes y sientes una sensación de abandono, de tristeza profunda.
SUS COSAS

Tres aficiones

El piano. Ricardo es un declarado amante de la música, la escucha diariamente y también la practica. "He vuelto a estudiar piano", dice, una materia pendiente durante años que ahora retoma con renovada pasión. De hecho, cada día antes de ponerse a escribir, elige con qué música lo hará y continuará poniéndola hasta terminar.

​Cine y teatro. Cada semana Ricardo va al cine para ver una nueva película, un ritual que viene cumpliendo desde hace años. Casi con la misma frecuencia va al teatro, su autor de referencia es Antón Chejov, a quien también suele releer de tanto en tanto como notable cuentista, un género del que Ricardo se siente deudor aunque escriba para un público infantil.

​El Barça. Como buen uruguayo mantiene intacta la pasión por el fútbol, aunque luego de más de cuatro décadas viviendo en Barcelona sus preferencias se han volcado netamente hacia el Fútbol Club Barcelona. Claro que grita más los goles de Luis Suárez. También le gusta el tenis y trata de seguir todos los partidos de Rafa Nadal.

Todos estos premios y reconocimientos son una motivacion para seguir adelante. Gracias!

La imagen puede contener: 5 personas, personas sonriendo, personas en el escenario, personas de pie e interiorLa imagen puede contener: 2 personas, personas sonriendo, personas de pie e interiortina ferreiraLa imagen puede contener: 1 persona, sonriendo, de pie

martes, 3 de octubre de 2017

Orooooooo !!!!!!!!!!! Santi Saint-Upery en 50 m pecho.

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Buenas amigos! Os presento a una de las mejores cantantes de Latinoamérica.
Rossana Reyna
He llorado con su música.
Si quieres colaborar en la promoción de sus obras es muy sencillo.
Compartir los vídeos, siscribirse a su canal de YouTube y darle al "Me gusta"
Seguro que ella estará muy agradecida.
Muchísimas gracias! Yo soy músico pero he entendido que es importante valorar el trabajo de otros colegas y no solo compartir el trabajo de uno mismo.
Buena música! Y otra vez gracias!

GRACIAS!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!

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jueves, 28 de septiembre de 2017

NSTITUTO PASTEUR

Científico uruguayo gana premio mundial

El científico uruguayo Felipe Trajtenberg recibió el premio de la Red Internacional de Institutos Pasteur (RIIP) por su desempeño y trabajo en el Instituto Pasteur de Montevideo.
Felipe Trajtenberg mostrando el premio. Foto:@institutpasteur
Felipe Trajtenberg mostrando el premio. Foto:@institutpasteur
La premiación se realizó en Costa de Marfil, donde se entregó por primera vez este galardón a los investigadores más destacados de todos los Institutos Pasteur a nivel mundial.
Trajtenberg fue uno de los dos galardonados. Trabaja en la sede de Montevideo y se formó íntegramente en Uruguay. Días pasados viajó a Costa de Marfil para recibir su premio de 10 mil euros.
El joven realizó estudios de licenciatura y maestría en Bioquímica en la Facultad de Ciencias y Facultad de Medicina (UdelaR). También realizó un doctorado en Bioquímica en el Instituto Pasteur de Montevideo, donde comenzó a trabajar desde su inauguración en 2006 en el Laboratorio de Microbiología Molecular y Estructural.
A lo largo de su carrera ha publicado en numerosas revistas internacionales, incluyendo la prestigiosa revista Science. Ha recibido financiación de Agencia Nacional de Investigación e Innovación (ANII) y de la Comisión Sectorial de Investigación Científica (CSIC) para desarrollar proyectos de investigación.
De acuerdo a los requisitos, la participación como candidato a la premiación era por nominación y se podía postular a cualquier científico que tuviera un doctorado, fuera menor de 45 años y trabajara en uno de los centros de la Red Internacional de Institutos Pasteur.

lunes, 25 de septiembre de 2017

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César Charlone: "Si no me interesa el tema no agarro"

El director de fotografía uruguayo está en la nueva de Tom Cruise que se estrena este jueves.
"Vivo en uno de los países más racistas del mundo (Brasil)", dice Charlone. Foto: R. Figueredo
César Charlone. Foto: Ricardo Figueredo
César Charlone no sólo es el único fotógrafo uruguayo en haber sido nominado a un Oscar, sino que por ahora es el único fotógrafo uruguayo que trabajó en una película de Tom Cruise.

Fue en Barry Seal, la película dirigida por Doug Liman en la que Cruise interpreta a un piloto que, en la década de 1980, trabajó simultáneamente para la CIA y el cartel de Medellín. Se estrena este jueves en Uruguay.

Surgido del Foto Club Uruguayo, Charlone se instaló en Brasil a estudiar cine. Allí fue el fotógrafo nominado por Ciudad de Dios de Fernando Meirelles, el director con el que trabajó en sus dos películas de Hollywood, El jardinero fiel y Ensayo sobre la ceguera, que consiguió que se filmara en Uruguay.

En todo ese tiempo, fue muy selectivo con los proyectos a los que lo invitaban desde Hollywood prefiriendo asuntos más personales. Uno de ellos, y del que está muy orgulloso, fue El baño del Papa, película que codirigió con Enrique Fernández.

Ahora está trabajando de nuevo con Meirelles en una película sobre el Papa Francisco, en la que Jonathan Pryce hace del argentino y Anthony Hopkins del cardenal Ratzinger.
Sobre por qué eligió trabajar en Barry Seal y de cómo es Tom Cruise, entre otras cosas, Charlone charló con El País.

—Hacía tiempo que no estaba en una producción de Hollywood...

—Mucho. Me han llamado para un montón de películas pero si no me interesa el tema no agarro. Barry Seal tenía una cosa latinoamericana, así que agarré volando.

—¿Lo llamaron por eso mismo, por su mirada latinoamericana?

—Seguro que sí. Por ejemplo, me llamó Sean Penn para Hacia rutas salvajes y aunque era un lindo guión era una temática que no sentí cercana. Siempre busco cosas con las que me sienta identificado.

—¿Y con qué se siente identificado?
—Todo lo que tenga algún contenido social me interesa. El cine es muy desgastante físicamente así que hay que estar muy motivado. Porque si es por guita, hacer publicidad te paga más. Mi motivación es que sirva para algo. Uno de los mejores regalos que recibí fue de un amigo mío que estaba viendo una función para formadores de opinión de El jardinero fiel en la que estaba Hillary Clinton. Y cuando salió mi amigo escuchó que le decía a un asistente: “Tenemos que hacer algo con esto de los laboratorios y África”. Y ahí, tá, sirvió de algo y valió la pena haberla hecho.

"Si es por guita, hacer publicidad te paga más. Mi motivación es que sirva para algo".

César Charlone
César CharloneFotógrafo
—Y en ese sentido, ¿qué le interesó de Barry Seal?

—La denuncia de todo el esquema de la CIA. De cómo lo manipulaban y cómo lo usaban. Y todo eso del escándalo Irán-Contras.

—¿Cómo es exactamente el proceso de su trabajo con un director?

—Yo soy el que va hacer el planteo visual de la película. Existe un director de arte, un escenógrafo, pero yo voy a plantear cómo se filma, con qué cámara, con qué lente, el tipo de encuadre y de movimiento de cámara. Hay directores que eso lo tienen claro y uno es apenas un ejecutor, pero hay otros que te dejan a tu gusto y uno hace lo que quiere.

—¿En qué categoría cae Doug Liman, el director de Barry Seal?

—Me dejaba muy libre, él estaba con los actores y la puesta en escena y yo en cómo filmarlo. Le mostraba desde dónde y cómo y le proponía cosas. Fue una relación muy linda.

—La película está filmada con cámara en mano...

—Queríamos que tuviera una cosa documental, que la gente creyera lo que estaba pasando. Como era algo de época, queríamos traerlo al presente y que la gente lo vivenciara. La cámara en mano te transmite esa urgencia.

—Liman es un director influyente en el cine de acción. ¿Eso fue un desafío para usted?

—Cuando él me llamo, yo estaba de vacaciones en La Paloma. Le dije: “Pará loco, que yo de acción nunca hice nada”, y me dice: “¿Cómo que no? Ciudad de Dios es una película de acción”. Ciudad de Dios te da la sensación de que es de acción, pero nosotros la escondimos y la sugerimos, no hay balazos, ni sangre. Y él me dice: “Bueno, eso me sirve, lo trabajamos juntos, venite”. Es un tipo muy generoso que me dio mucha libertad.
Barry Seal
Trailer de "Barry Seal"
—La pregunta cholula es cómo es trabajar con Tom Cruise.

—No es nada cholula y ahí me gusta mucho hablar de eso porque fue un ejemplo. Fue maravilloso. Una lección desde el primer día. El loco es un profesional de la puta madre, dedicado, serio, compañero, un profesional como pocos, solidario. Era el primero en llegar al set, el primero en estar pronto. A los actores no les gusta repetir las tomas, pero él que tiene mucha experiencia, conoce la cara y sabe que en el cine hay una función que es el foquista, el que hace foco. A veces si el actor se mueve, el foquista se da cuenta. Y en una toma, Cruise lo mira al asistente, que no es habitual, y le dice: “Vos querés otra toma, ¿no?”. El loco no sabía qué decir porque era insólito y el propio Cruise le dice: “Yo sé que no estás conforme, así que vamos a hacer otra”. Como esas hay un montón.

—Nada estrella...

—Nada. Trabajando con actores brasileños aquí a veces se ponen en estrella y cuando tenés que hacer una retoma de un actor que está contraescenando, el que no aparece, dice: “Para qué voy a ir yo, que lo haga otro”. Eso me pasa montones de veces. Yo tenía que hacer una escena con Tom Cruise que era una llamada telefónica, que ya habíamos filmado su parte y estaba el que recibía la llamada, que hablaba poquito. Había un problemita con el escenario, así que le dije: “Mirá Tom, son las 11 de la noche, estás acá desde las siete de la mañana, andá a descansar que yo la hago con el monitor para que él actúe con eso”. Y Tom me contesta: “No voy a dejar a mi compañero solo”. Y se quedó hasta las dos de la mañana, para hacer tres tomitas de una llamada telefónica boba. Es un placer trabajar con él. Es muy exigente.

Tom Cruise "es un profesional de la puta madre, dedicado, serio, compañero, un profesional como pocos, solidario".

César CharloneFotógrafo
—¿Ha visto mucho cine?

—Muchísimo. Ve todo y analiza todo. Entiende mucho. Lo que tiene es que es un obsesivo y se mete mucho en la película, y más esta que sabía que le iba a rendir frutos a nivel de actuación. La filmamos en Atlanta y Cruise se alquiló una casa y ahí se hospedaron Doug y el guionista. Iban y venían del rodaje y decidían cambios.

—¿Hubo muchos cambios?

—Esta película tiene una particularidad que es que el guión se fue haciendo sobre la marcha. Estuvo año y medio en el montaje y cambió mucho la película en el guión. Hubo escenas que tuvimos que filmarlas cinco veces, porque las pensaban y no le gustaban. En la primera que tuvimos que volver a hacer, yo me puse nervioso porque como latinoamericano estaba inseguro. Pensé que era culpa mía. Doug me dice un día: “César ¿la escena de la cocina es difícil de hacer?”. Y pensé: “Uy, la cagué”. Y le dije: “Perdoná, ¿no te gustó la luz?”. Y no era eso, la luz le había parecido perfecta, todo el resto había estado mal.

—Pasó mucho tiempo desde El baño del Papa y sabe del cariño que generó acá en Uruguay. ¿Lo imaginaba?

—No, fue una gratísima sorpresa que la recibieran tan bien.

—¿Ve cine uruguayo?
—Sí, claro. Estamos muy bien. Para el tamaño que tenemos, la calidad y la cantidad que hacemos es fantástico. Siempre hablando de nosotros, temáticas interesantes. Me encanta el cine uruguayo. 

—¿Va a volver a trabajar por acá?

—Sí, se da la oportunidad siempre. Ahora estoy trabajando en un proyecto sobre el Papa y se rueda mucho en Buenos Aires y eso ya me pone contento.

—¿Cuáles son las tres condiciones inevitables en un fotógrafo de cine?

—Un buen ojo, un buen oído para oír al director y la música que te toca la película, y muchas ganas de trabajar, porque es un trabajo físicamente duro.
"BARRY SEAL"

Comedia con estrella y director clase A

Barry Seal es la segunda película en la que el director Doug Liman trabaja con Tom Cruise después de la interesante Al filo del mañana. Liman revolucionó el cine de acción con Identidad desconocida, la primera de la saga Bourne. También dirigió Sr. y Sra. Smith, la película en que se conocieron Brad Pitt y Angelina Jolie, y Poder que mata con Sean Penn y Naomi Watts. Liman es uno de los directores clase A de Hollywood. Barry Seal es la historia real de un piloto que trabajó para Pablo Escobar y para la CIA en la década de 1980. Cruise está en el papel principal en una película que es una comedia más que una película de acción. Se estrena el jueves.

La historia del Mundial de 1930 en un divertido video

Con la posibilidad de organizar la Copa del Mundo en 2030 latente, Informes Animados de El País revive el primer mundial organizado en nuestro país, con los hechos y las curiosidades que marcaron a esta gran victoria celeste. 
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