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viernes, 14 de julio de 2017

CLÁSICO

La audiencia de Artime y Morena en Ídolos

El ciclo que se ve los miércoles por La tele preparó un especial del crack tricolor y otro del aurinegro. ¿Cuál de los dos programas tuvo más rating?
Fernando Morena (Foto: Archivo El País)
jue jul 13 2017 17:11
Fernando Morena fue el protagonista de Ídolos (La tele) el miércoles pasado, mientras que siete días antes lo fue, nada menos, que Luis Artime.
Así los hinchas de Peñarol y Nacional, que se emocionaron con las hazañas de estos dos grandes jugadores, tuvieron la oportunidad de revivir sus logros y conocer sus realidades, gracias a la producción de Origami.
En materia de audiencia, el clásico fue para el programa dedicado al exfutbolista aurinegro. Según Kantar Ibope, Ídolos con Morena promedió 5,6 (promedio individuos), al tiempo que en el programa de Artime registró 3,2.
NOTICIAS DE H

miércoles, 12 de julio de 2017

uruguay campeon de america hace 30 años 1987


A 30 años de la Copa ganada en la casa del campeón del mundo

Por: Gerardo Bassorelli
Se cumplen este 12 de julio 30 años de la conquista de la Copa América de 1987 en Buenos Aires, la primera que ganara Uruguay en el exterior luego de la edición de 1959 en Guayaquil.
Después de veinte años la Copa América volvía a desarrollarse en una sede fija. Los escenarios fueron Buenos Aires, Mendoza y Córdoba, sedes también del Mundial´78. El torneo contó con la presencia de periodistas de varios continentes y hubo televisación directa a Europa y otros puntos. Argentina-Uruguay, por ejemplo, llegó a 31 países.
El éxito celeste de 1987 llegó un año después de la frustración que significó el Mundial de México. Roberto Fleitas supo armar una base de prometedores jugadores del medio local, agregándole el toque de distinción de cuatro figuras del exterior, una para solidificar una fuerte defensa y las tres restantes para desnivelar en ofensiva.
El “Tano” Gutiérrez, consagrado en Libertadores e Intercontinental el año anterior defendiendo a River argentino (ya lo había hecho con Peñarol en 1982), completó con Eduardo Pereira y Obdulio Trasante un triángulo final bien clásico para el fútbol uruguayo, con dos laterales como el “Chango” Pintos Saldaña y Alfonso Domínguez que también respetaban el estilo histórico, y dos volantes de marca (Gustavo Matosas y José Batlle Perdomo) de similares características.
En total, siete hombres con cara de pocos amigos, dispuestos a arrancarle al rival la pelota o la pierna. Claro que también había espacio para la magia. Pablo Bengoechea en función de clásico número 10, Enzo Francescoli armando y definiendo, y dos punteros a la antigua como Antonio Alzamendi y Ruben Sosa. Enzo venía de Paris, Sosita de Zaragoza y el “Hormiga” de River.
El proceso y sus vaivenes
¿Cómo se inició el proceso que derivó en la vuelta olímpica del 12 de julio?
Luego de las negativas de Hugo Bagnulo, Oscar Tabárez, y la dupla Mujica-Gesto, el 24 de febrero de 1987 Roberto Fleitas acepta el ofrecimiento para dirigir a la selección, completándose el cuerpo técnico con Jorge Díaz como ayudante y el profesor Cono Caminatti. El 4 de marzo Fleitas da la lista para el Preolímpico de Bolivia, y el mismo día Peñarol anuncia que no cederá a sus jugadores pues simultáneamente afronta la Libertadores. Progreso, también en la copa, se suma a la postura de los aurinegros.
Eran los mismos problemas de siempre. Era una época de desorganización al máximo que nacía desde la cúpula dirigencial.
El 12 de marzo asumían hasta 1990 los integrantes del nuevo Ejecutivo: Dr. Donato Griecco (Danubio), Cr. Carlos Leccueder (Peñarol), Homero Bagnulo (Nacional), Joaquín Arsuaga (Bella Vista) y Ricardo Lombardo (Central Español). Luego del Preolímpico en el que con un equipo de jugadores locales no se pasó de la 1ª fase, el 5 de junio, Fleitas dio a conocer la preselección para la Copa América, figurando por primera vez jugadores del exterior (Gutiérrez, Alzamendi, Francescoli y Sosa), los cuatro que finalmente disputarían el torneo.
Precisamente el 17 de junio se produce la primera práctica de fútbol con los “repatriados” y son ellos los principales protagonistas del 6-0 a Miramar en el Centenario, anotando dos Sosa, Alzamendi y Francescoli en el primer tiempo, y dos Bengoechea en el segundo, cuando alistaron los suplentes. Dos días después, ante Ecuador, el DT integra el equipo con ocho de los once que serían titulares en la copa.
Seré y Gonzalo Díaz perderían sus lugares ante Pereira y Pintos Saldanha ya en el amistoso ante Bolivia jugado cuatro días más tarde, en tanto Enrique Peña juega ante los bolivianos pero cede su puesto a Bengoechea para el torneo en la vecina orilla.
Se fueron silbados
Victorias apretadas ante ecuatorianos y bolivianos despertaron el descrédito del público, y no extrañó que en el juego despedida de la selección, en un frío y gris sábado 4 de julio, las tribunas del Centenario, casi desiertas, despidieran con silbatina al equipo tras su victoria 2-0 (Sosa y Enzo) ante Argentinos Juniors. En esta que fue la última práctica de exigencia, Fleitas alineó a Díaz y lo sustituyó luego por Saldanha. El resto del equipo fue el mismo que enfrentaría a Argentina en el debut, salvo Perdomo (jugó Peña) que estaba lesionado.
Una vez en Buenos Aires, la selección se alojó en un inadecuado lugar de la localidad de Moreno. Como local de concentración dejaba mucho que desear, y surgieron entonces algunos roces entre jugadores y dirigentes. No había TV en las habitaciones, las camas eran chicas e incómodas, había que caminar alrededor de cien metros al aire libre, en pleno invierno, para llegar al lugar del almuerzo, e incluso la noche que llegaron no había cena prevista, por lo que el siempre servicial “Pistola” Marsicano salió de apuro a comprar pan y fiambre. ¡Cuatro días antes de ganarles a los campeones del mundo, los celestes cenaron refuerzos!
En la cancha
La del capitán Perdomo era la única duda en el equipo. El “Chueco” intentaba recuperarse de una lesión y asombraba a todos por su temple, trotando por las inmediaciones de la concentración a altas horas de la noche. Quería recuperarse y jugar de cualquier manera. Y lo logró.
La planificación de Fleitas para anular y golpear a Argentina fue exacta. Un trabajo digno de ser mostrado y analizado en los cursos de entrenadores. A grandes rasgos, lo del técnico fue claro y sencillo: marcación en zona, dientes apretados y salida rápida de contragolpe. Como en el ´28, cuando se inmortalizó la frase “ataca Argentina, gol de Uruguay”, en el ´87 fue igual. Una frase del “Loco” Trasante en pleno partido, dirigida a Maradona, resume el espíritu con el que aquellos orientales encararon el duelo: “yo me estoy jugando la comida de mis hijos, si te tengo que romper una pierna te la rompo” le dijo, palabras más, palabras menos.
Un contragolpe iniciado por Sosa terminó con Enzo recibiendo en la medialuna y cediendo el pase casi desde el piso para la entrada de Alzamendi por derecha, para que éste definiera contra el palo. Así fue el gol que luego defendieron con su vida.
La accidentada final con Chile
Cuatro días después, la accidentada final ante un Chile que se quiso poner el traje de guapo, golpeando como nunca ante la pasividad del árbitro brasileño Arppi Filho. Francescoli jugaba el partido de su vida hasta que marchó a las duchas por agredir a un rival que le había puesto una plancha en el pecho a Alzamendi. El gol fue a la salida de un corner, tras remate de Perdomo y rebote del “Condor” Rojas que le quedó servido a Bengoechea. Otra vez uno a cero, y campeones de América.
Uruguay 13, Argentina 12
En el historial las dos selecciones rioplatenses estaban 12-12 en cantidad de títulos, por lo que al ganar ese torneo Uruguay pasó 13-12. De las siete ediciones anteriores en Argentina, seis ganaron los anfitriones y una Uruguay, la primera, en 1916. Y también ganarían la siguiente, en 2011.
Al conquistar el título en 1991 y 1993 Argentina pasó 14-13, igualando Uruguay en 1995, paridad que se mantuvo hasta 2011 cuando pasó Uruguay 15 a 14.
LOS CAMPEONES
Jugador / Club
1) Jorge Seré / Danubio
2) Gonzalo Díaz / Wanderers
3) Nelson Gutiérrez / River Plate (ARG)
4) Obdulio Trasante / Peñarol
5) José Pintos Saldaña / Nacional
6) Enrique Peña / Wanderers
7) Antonio Alzamendi / River Plate (ARG)
8) Gustavo Matosas / Peñarol
10) Enzo Francescoli / Racing Paris (FRA)
11) Ruben Sosa / Zaragoza (ESP)
12) Eduardo Pereira / Peñarol
13) Oscar Aguirregaray / Defensor
14) Alfonso Domínguez / Peñarol
15) José Perdomo / Peñarol
16) Pablo Bengoechea / Wanderers
17) Erardo Cóccaro / Progreso
18) Mauricio Silvera / Nacional
21) Eduardo Da Silva / Peñarol
Además de los 18 que viajaron, otros cuatro integraron la lista pero quedaron en Montevideo, uno de ellos (Báez) por lesión:
19) Walter Pelletti / Wanderers
20) Gustavo Dalto / Danubio
22) Héctor Tuja / Defensor
9) Enrique Báez / Wanderers

GUSTAF

"Éxito es hacer lo que a uno le gusta"

El actor adelanta su unipersonal Yo soy aquel que estrenará el 21 de julio en el Movie.
Gustaf. Foto: Fernando Ponzetto
NICOLÁS LAUBER12 jul 2017
Son las doce y media y El Gran Gustaf llega en hora para la nota. Viene caminando hasta el diario y antes de ponernos a charlar vamos a la Plaza Cagancha para hacerle unas fotos. Entre que salimos a la calle y llegamos a la plaza tres personas lo paran para saludarlo, incluso uno le grita "Grande Gustaf" desde un camión. "Qué precisión", dice él, "les dije que pasaran a esta hora para quedar bien y lo hicieron". Pese al chiste, Gustaf ha logrado un estatus de celebridad popular gracias a una carrera que comenzó en el circuito under hace ya 22 años. Una carrera a la vista de todos quienes se han reído con sus personajes y ocurrencias en televisión, radio y en los varios unipersonales que ha realizado a lo largo de estos años.
Este viernes presenta Yo soy aquel, su octavo unipersonal en Enjoy Punta del Este (entradas de 450 a 600 pesos), una semana antes de las dos presentaciones que tiene pautadas en el Movie (viernes 21 y 28 a las 22:00). Las entradas para el show montevideano se adquieren por el sitio web y en la boletería del teatro y van de 440 a 550 pesos. Es en la Sala Teatro del complejo Movie del Montevideo Shopping.
Este año Gustaf fue uno de los pases del año en la radio, pasando de un segmento en Las cosas en su sitio a conducir, junto a Jenny Galván, Amanece que no es poco (lunes a viernes de 8:00 a 9:00) por Océano FM. Y este año Gustaf estará en varias plataformas: el jueves 20 se estrena Otra historia del mundo de Guillermo Casanova, quien lo dirige tras El viaje hacia el mar (2003). Es un personaje distinto: "Soy el villano de la película y no es un personaje de comedia, es un ejercicio que me encanta hacer", dice. Y si bien no estará en televisión, conducirá un ciclo (10 episodios) de música con motivo de la aplicación MUS que se transmitirá por Vera TV.
¿Cómo te encontrás con un programa propio en radio?
—Es todo un desafío porque de tener una participación en un programa, a ser ahora la cabeza del programa durante una hora significa que tenés que cranear los contenidos, hacerlos y dirigirlos, pero me parece fascinante porque tiene algo de teatro. Por eso siempre digo que no podría ser ni pintor ni escultor, porque la obra queda terminada y no le puedo, de noche, dar una pincelada. Y con el teatro puedo hacer eso, y con la radio más.
Así que sos perfeccionista.
—Siempre. Detallista también.
¿En qué detalles te fijás?
—Es que la comedia es tiempo y respetar el tiempo. Para que no me gane la ansiedad al rematar una situación. Tengo una percepción siempre que es muy maligna que creo que se están aburriendo. Y es una percepción irreal pero me hace sufrir.
Así que en escena o al aire no la pasás muy bien.
—Tengo momentos que sí, pero tengo momentos que tengo varias líneas de pensamiento: lo que estoy diciendo, lo que está sucediendo con el espectador, lo que pienso que está sucediendo y la letra que tiene que venir. Porque te estoy diciendo algo ahora, pero estoy palpitando lo que va a venir. También el movimiento, porque cada letra tiene su movimiento.
Yo soy aquel, además de la canción de Raphael de 1966, ¿qué es?
—Esa era la canción que sonaba en la peluquería de mi madre en la que me crié. Por eso el unipersonal se llama así, porque era una época en la que iba a la escuela y cuenta una pequeña anécdota escolar.
—No es como Moltobene donde se atravesaban años y hablabas de la amistad.
—Claro, esto es reencontrarse con el niño interior, ese es el tema fundamental. Ese niño interior que todos perdemos cuando creemos que crecemos, somos adultos responsables, serios, y sobre todo, solemnes. Entonces voy a buscar al niño interior a través de una pequeña anécdota que se da en la escuela. A partir de ahí empieza como una bola de nieve que se va agrandando. Y cuento el desafío de ese niño, que a lo lejos parece una cosa pequeña, pero para ese niño era un desafío muy grande a nivel escolar, pero no te puedo develar más. Intento reencontrarme con aquel niño que fui.
¿Cuánto estuviste escribiendo el espectáculo?
—Tengo mi sistema de escritura que es abrir una carpeta y meter cosas adentro. No sé cómo se va a llamar ni nada hasta que encuentro un tema que quiero tratar. Cuando tengo el tema, busco el material y le voy dando un hilo conductor. A veces es una historia y a veces no.
—La niñez es un tema al que volvés.
—Es un tema. Lo primero que hago es reírme de lo que me pasó. Soy la consecuencia de lo que fui hace cinco minutos, en mi adolescencia, juventud e infancia y me gusta reírme de eso. También me gusta la comparación cultural a nivel comunicacional, cómo se contactaban los humanos antes y cómo lo hacen ahora. Hay una frase de Antoine de Saint Exupéry que siempre me gustó: "que el niño que fuiste no se avergüence del adulto que eres". Y va más o menos por ahí.
¿Siempre estás en contacto con ese niño interior?
—No había estado en el último tiempo y este espectáculo como que me llevó a estarlo, y cuento en el monólogo justamente eso. Había perdido ese diálogo e invoco a la gente a que se imagine que todos en la platea tenemos siete años. Mirás al de al lado para ver cómo sería de niño. Es un ejercicio que se hace poco, imaginarte al otro como un niño.
¿Y cómo eras de niño?
—En la escuela era muy aplicado e inteligente. Fui escolta de la bandera de Artigas y pasé casi todos los años con sote, menos uno que pasé con sote muy bueno. Ese año me arruinó (se ríe), a mí que soy re-exigente me cagó la vida. Y tuve una infancia sin mucho vuelo económico obviamente, porque vengo de una familia de clase obrera medio baja. Pero tuve una infancia feliz, no fue traumática, en medio de la pobreza pero digna. Como decía la vieja: pobre, honrado y bien bañadito. Cuando salías tu madre te decía: llevá plata por las dudas bien guardada y calzoncillo limpio, por si tenés un accidente.
La vergüenza de la madre era no tener el calzoncillo limpio.
—No le importaba si tenías un accidente (se ríe). Le importaba que si tenías un accidente, que el calzoncillo estuviera sucio, ahí todo mal. Era un deshonor para la familia. Así, tal cual la familia de clase media uruguaya.
—¿Sobre eso también regresás?
—Sí, pero en este espectáculo la anécdota dura unos días nomás. Antes, con Moltobene, fui para atrás, conté el proceso de una amistad que duró años. Acá no, el niño tiene que salir del paso rápido y se detiene ahí, en Yo soy aquel no se llega hasta el hoy.
¿Y cómo es el hoy de Gustaf?
—Para mí es fascinante. Estoy agradecido con el hoy, me levanto y doy gracias. Ahora leía que Calamaro decía que prefería quejarse de los éxitos y no de los fracasos, y en cierta forma tiene razón, más allá de que no me gustan las palabras éxito y fracaso porque no sé si existen. Uno hace lo que le gusta y desde que lo hacés, para mí es un éxito. Después puede o no ir gente y los programas de radio se pueden escuchar o no. Lo que estoy haciendo es un éxito, y que tenga todos los días un programa de radio y esté por estrenar un monólogo, para mí es un exitazo. Si veo de donde vengo, más.

En dos lugares al mismo tiempo.

Este mes El Gran Gustaf estará en dos lugares al mismo tiempo. No será un truco de magia sino una feliz coincidencia que lo tendrá en el cine y teatro a la vez. "Es como un sueño", dice. Es que el 20 se estrena la película Otra historia del mundo de Guillermo Casanova y al día siguiente su unipersonal en la Sala Teatro del Movie. "Me ponen el rótulo de humorista, pero soy actor antes. Tengo la ventaja de que escribo y por lo tanto puedo tener una creación humorística, pero soy actor. Y un actor que puede hacer de todo, he hecho más veces comedia, pero me encanta hacer lo otro", asevera.

"LA IDEA EN 2018 ES HACER ALGO MÁS GRANDE QUE EL CENTENARIO"


—Has llenado el 
Teatro de Verano, el Polo Prado y hasta el Estadio Centenario, ¿qué falta?
—Estamos viendo para fin de año, pero todavía no se sabe. Creo que en agosto ya vamos a tener más claro el panorama. Yo no haría algo más grande y capaz que sorprendería. No te digo en un lugar más intimista, pero sí más reducido e inusual. La idea siempre es llevar el teatro, el formato de un actor y un monólogo, a lugares donde nunca los hubo. Pasó en la rueda abajo del Parque Rodó, en el Hipódromo y los lugares que nombraste, y acá también sería la idea para este año.
—¿Así que lo vas a cranear en agosto, cuando te tomes licencia?
—Me parece que este año ya no pinta la licencia. Pero la idea es esa y en 2018 vamos a hacer algo un poco más grande que el Estadio Centenario.
¿Más grande? ¿Qué te queda?
—Quedan lugares, no te puedo decir más nada por un tema de permisos y eso. Pero la idea es este año hacer algo tranquilo y el año que viene tomar vuelo.
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